El tiempo muerto es una estrategia de disciplina que se utiliza para que un niño deje de comportarse mal, aislándolo durante un periodo de tiempo. Mediante esta estrategia, el niño deja de hacer lo que está haciendo para tranquilizarse. Además, sirve para resaltar la autoridad de los padres y para que el niño reflexione sobre lo que hizo. Los tiempos muertos son útiles para tratar los comportamientos agresivos y dañinos de los bebés y los niños en edad preescolar.
Lo ideal es pensar con tiempo el lugar donde pondrá en práctica los tiempos muertos, y no en el momento del mal comportamiento. Por ejemplo:
La cuna
Una silla o la esquina de una habitación
Una habitación designada
La regla general es 1 minuto por cada año de la edad del niño. Por ejemplo, a un niño de 3 años le corresponderían 3 minutos de tiempo muerto.
Los tiempos muertos no deberían exceder los 5 minutos.
Debe explicar al niño claramente por qué lo obligará a tomarse un tiempo muerto.
Si el niño no va hacia el lugar designado para los tiempos muertos por su cuenta, llévelo usted.
No le dé nalgadas ni le grite en el camino.
Los padres son quienes deben decidir cuándo termina un tiempo muerto, no el niño. Si el niño se “escapa” durante un tiempo muerto, vuelva a comenzar de cero.
Avísele al niño que el tiempo muerto terminó y déjelo retomar sus actividades habituales.
Luego trátelo normalmente y no vuelva a reprenderlo por el mal comportamiento.
CHOC Children's is affiliated with the UC Irvine School of Medicine